MERAM SAÁ
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Creció en Argentina, alternando su infancia entre San Luis y Buenos Aires. Cuando se instala definitivamente en capital, estudia Publicidad en la UCA (Universidad Católica Argentina) trabajando para importantes agencias de publicidad como Yuste, Danuzzo y Pragma. En ese momento se enamora del teatro estudiando en la escuela de Rubens Correa. Participó en numerosos proyectos teatrales y cinematográficos a lo largo de la década de los ochenta y los noventa.
Junto a Juan Ada y María Spinelly, se involucra en las artes plásticas, algo que cambiaría el rumbo de su carrera y de su vida. En el taller de Constanza González finalmente encuentra en la escultura su medio de expresión preferido, especializándose en modelado en arcilla y vaciado en diferentes materiales como yeso, cemento y acrílico.
Años más tarde, abrirá su propio taller en la ciudad de Punta del Este, Uruguay, donde seguirá explorando nuevas formas de hacer escultura, esta vez con los diferentes matices de color y dureza de las piedras uruguayas.
En su obra, lo femenino se impone como una fuente inagotable de inspiración, alejándose de los estándares de belleza convencional moderna. La mayor parte de las esculturas de Meram Saá pueden ser entendidas como una variación sobre la mujer y lo que la rodea a lo que la artista transfigura y recrea a partir de esa idea, en permanente experimentación con distintos materiales y sus posibles combinaciones. Maderas, hierros, cartones, todo tipo de desechos de la vida cotidiana, los busca, los junta, desarma, corta y los vuelve a unir y a veces a mezclar, hasta que las formas vayan surgiendo, modelando y alineándose naturalmente. Formas primarias, que se repiten, algunas veces la llevan a lo abstracto y otras a lo figurativo, pero siempre remitiéndose a la naturaleza, a lo orgánico y así convirtiéndolos en símbolos sin tiempo.
Sus instalaciones proponen un viaje; la experiencia de caminar laberintos o pasadizos de luz. Un viaje estimulante de los sentidos, recorriendo sombras, sonidos, luces e imágenes. Juega también en el espectador, la curiosidad que despierta, el cambio que sufren los materiales después de ser rescatados de su abandono.
“Me gusta encontrar otra mirada a las cosas, encontrar otros caminos, que inviten a descubrir lo que está detrás de lo aparente, es posible que estos caminos no sean fáciles, seguramente no son atajos, pero finalmente me llevaran a mi destino.”
Raised in Argentina, Maria was brought up switching back and forth between the hectic capital city of Buenos Aires and the lush natural landscapes of San Luis province. In her late teens she decides to settle in the city and begins attending the Catholic University of Argentina (UCA) where she studied Publicity whilst working for different agencies.
It wouldn't be long until she discovered a growing passion for the arts which would begin while studying theatre at the Rubens Correa school of Dramatic Arts and quickly becoming involved in many theatrical and cinematographic projects throughout the eighties and nineties.
The course of her artistic journey would merge into visual and fine arts together with her first wonderful teachers and mentors: Juan Ada and Maria Spinelly, this would turn the direction of her career and her life upside down. In Constanza Gonzalez' workshop she would discover sculpting as her favorite channel of expression, specializing in modeling of clay and casting on different materials such as plaster, cement and acrylic.
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Years later, she would open her own workshop in the City of Punta del Este, Uruguay, where she continues to explore new methods of sculpting, innovating with the various shades of color and hardness of Uruguayan stone.
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Her works are influenced and inspired greatly by femininity and the female body, which has proved to be an inexhaustible source of inspiration and where she will strive to detach her work from conventional modern beauty standards. Most of Meram Saa sculptures can be understood as variations of women and the world that surrounds them as interpreted by the artist's view and experimental approach into new materials. Solid woods, iron, cardboard, and all sorts of materials from everyday life are incorporated into her works. First she finds them, she pulls them apart cutting them down or breaking them into pieces and finally putting them back together. Basic shapes that repeat themselves will derive in abstract forms or sometimes figurative, but always very much linked to the natural world with their organic shapes.
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Her installations propose a journey; the dreamy experience of walking through tunnels of light. A sensory stimulating journey exploring shadows, sounds, light, image, and depth. The spectator's vision will also be transformed through curiosity just as the material will be transformed and cherished after being rescued from neglect.
"I like to pursue a different view of objects, to find new paths that lure me towards what is beyond those things which are apparent, sometimes these paths are not easy, they are most definitely not shortcuts, but sure enough they have led me to my destiny.”
